La plata es un metal noble de color grisáceo claro y brillante muy maleable muy utilizado en joyería (pulseras, anillos, collares…), servicios de mesa, acuñación de monedas, etc.
Con el paso del tiempo las joyas y demás elementos de plata acumulan suciedad y van perdiendo todo su brillo, por lo que resulta aconsejable su limpieza para que todos los objetos vuelvan estar igual de relucientes como el primer día.
Pero, ¿cómo limpiar la plata en casa fácilmente y rápido?
Existen varios trucos caseros muy fáciles y efectivos que ayudan a limpiar la plata ennegrecida sin ser dañada. Tan solo es preciso tener a mano un poco de:
Resulta interesante saber que la plata es un metal noble que tiende a oxidarse y la razón es que al entrar en contacto con el sulfuro de hidrógeno (elemento que se halla en la atmósfera en pequeñas cantidades), genera una reacción química que favorece su ennegrecimiento.
El uso del bicarbonato sódico, un poquito de sal, agua caliente y papel de aluminio junto con un paño de algodón, toalla o papel de cocina de cocina es un eficaz truco casero que ayudará a que la plata brille durante mucho tiempo, con gran esplendor.
Para deshacerse de la capa opaca que con el paso del tiempo llegan a recubrir los objetos de plata es necesario:
Verter el vinagre blanco en un recipiente y agregar el bicarbonato muy poquito a poco hasta que quede totalmente disuelto.
Sumergir los objetos y dejar que la mezcla actúe. A continuación sacar los objetos y con un paño limpio, secar y pulir.
Otra opción es formar una pasta con el bicarbonato y vinagre y con un paño limpio frotar durante unos minutos los objetos de plata a limpiar.
Retirar la pasta con un paño limpio y el objeto quedará limpio y reluciente.
La técnica del bicarbonato y papel de aluminio es muy sencilla:
En el caso de no disponer de bicarbonato también resulta muy eficaz el uso de la sal, puesto que en esta técnica de limpieza de la plata, es el papel de aluminio (imán para la suciedad) el que limpia y da brillo al objeto.
Para que la plata conserve todo su esplendor durante mucho más tiempo el limón junto con un poquito de sal ayudarán a conseguirlo.
Los pasos para limpiar con limón y sal son:
1 . Verter el zumo del limón por el objeto y echar un poquito de sal.
2 . Frotar el objeto y dejarlo actuar durante unos minutos.
3 . Enjuagar y secar con un paño limpio.
Para proceder a la limpieza de joyas de plata es muy importante seguir ciertos consejos de joyeros experimentados, ya que existen muchos trucos o métodos baratos que pueden dañar y echar a perder las joyas.
Muchas de las piezas de joyería fabricadas con materiales nobles (oro, plata y/o platino), cuentan con un acabado de brillo o mate por lo que se precisa de un cuidado especial a la hora de proceder a su limpieza para de este modo evitar que se levante esta última capa.
Son los objetos de plata los más propensos a perder este tipo de baño, ya sea amarillo o rosa, por lo que se recomienda pasar un paño húmedo sobre ellos y a continuación secarlos muy suavemente.
Para un mantenimiento regular de las joyas de plata se recomienda mezclar en un recipiente un poquito de lavavajillas con agua templada e introducir la joya entre 10 y 15 minutos.
Para un mantenimiento un poco menos frecuente se aconseja potenciar la mezcla con un poquito de amoniaco o alcohol, a excepción de que se trate de una pieza un tanto delicada o bien sea de platino.
Una vez que el objeto sea extraído de la mezcla debe de aclararse con abundante agua y secar con un paño a ser posible de algodón o bien con un secador.
Para conservar las joyas de plata durante mucho más tiempo brillantes debe de evitarse que entren en contacto con el aire y humedad; por ello se aconseja que sean guardadas en la cajita original o bien en una bolsita de tela.
La plata repujada debe de limpiarse con muchísimo cuidado. Si se trata de objetos de plata que presenten relieve, o bandejas, cuberterías, no debe de utilizarse el truco del bicarbonato ya que la plata envejecida podría perder ese sombreado que los caracteriza.
Se aconseja realizar una disolución a base de agua caliente con jabón pH neutro. A continuación utilizar un cepillo de cerdas suaves o bien frotar con un paño de microfibra para eliminar la suciedad incrustada.
En el caso de hacer uso de algún producto químico especial se aconseja ser utilizado al aire libre para de este modo evitar que los vapores puedan incidir de manera negativa en la salud de la persona.